viernes, 11 de julio de 2008


El instinto dijo que iba a dejar huella en mi y no me equivoqué. Irrumpió en mi vida como un torbellino de pasiones desatadas, nervios a flor de piel i promesas vanas. Irradiaba simpatía. El problema - o al menos parte de él - reside en su encanto y en su capacidad innata para vender lo que sea a quien sea, i en especial segundas oportunidades. Es un vendedor nato i como tal es capaz de resultar asombrosamente convincente cuando me dice que esta dispuesto a todo conmigo ...